miércoles, 11 de enero de 2012

¿EL TRÁFICO ILEGAL DE ARMAS ASOCIADO AL CRIMEN ORGANIZADO?

El tráfico ilegal de armas es un grave problema en la Unión Europea y en el Mundo del que se están haciendo eco las distintas agencias internacionales, desde la ONU a la UE.

En todo el mundo, circulan más de 500 millones de armas pequeñas y ligeras, es decir, una por cada doce personas aproximadamente. Según cifras manejadas por Europol, el comercio internacional de estas armas supone actualmente un montante total de 4.000 millones de dólares. De ellos se calcula que 1.000 millones aproximadamente provienen del mercado negro de armas. Sólo en el año 2000 se fabricaron casi 7 millones de armas pequeñas y ligeras. Este tipo de armas son las preferidas por los grupos delictivos organizados o terroristas, bien por su bajo coste, en relación a las armas pesadas convencionales, como por su facilidad de portabilidad y la facilidad de ocultación de las mismas.

El tráfico ilegal de armas incrementa el riesgo de violencia asociada al crimen organizado, provocando grandes efectos de inseguridad y desconcierto en la población en general. Tal y como señalan algunos informes de la Unión Europea, este problema del tráfico ilegal de armas contribuye a la creación de una "cultura de la violencia".

En cuanto al crimen organizado, se ha comprobado que la mayoría de las organizaciones criminales dedicadas al tráfico de armas de fuego realizan dicha actividad de forma complementaria a una finalidad principal, tales como el narcotráfico, la trata de personas, robos con violencia u otros. El mercado negro constituye una fuente imprescindible para el crimen organizado en cuanto al abastecimiento de armas.

Y ¿cómo circulan estas armas ilegales por los distintos países? Europol ha señalado que, en Europa, los mayores traficantes de armas provienen de grupos delictivos organizados que tienen su origen en los Balcanes y en otros Estados del Este Europeo de última incorporación a la Unión Europea o bien las antiguas Repúblicas Soviéticas. Hemos de tener en cuenta que estos Estados cuentan con grandes excedentes de armamento del periodo soviético, y que todavía hoy sufren graves carencia en cuanto al control de sus exportaciones. La deficiente desmilitarización de sus arsenales, y el mal estado en que se encuentran muchos de ellos, han provocado un incremento importante de armas en el mercado negro, cuando no el control de los mismos por parte del crimen organizado y de las mafias locales.

A modo de ejemplo, en el año 1993 más de 3.000 oficiales del ejército ruso fueron acusados de estar implicados en actividades de tráfico de armas procedentes de estos stocks. También los importantes arsenales abandonados por las tropas rusas en el Cáucaso tras su retirada de repúblicas como Georgia o Armenia contribuyeron de forma notable a la militarización de la zona y a alimentar los conflictos entre ellos.

Una de las principales vías de entrada de armas detectadas (el llamado corredor del crimen) discurre desde Rusia, a través de Lituania, para entrar en la UE por Polonia, y a ser trasladadas desde allí vía terrestre hasta Turquía, Alemania o Bélgica. Desde estos países el transporte continuaría a través de la frontera española por los principales pasos de Irún y La Junquera, si su destino es la Península Ibérica, o vía marítima hacía puertos de Sudamérica. Otros pasillos o corredores se han detectado con origen en la antigua Yugoslavia y destino en distintos países europeos o de la costa occidental africana. En cualquier caso, la ruta más importante de entrada ilegal de armas en la UE lo constituyen las fronteras terrestres.

El fenómeno del tráfico de armas en España, está conectado con el hecho del creciente asentamiento de organizaciones delictivas en nuestro territorio, principalmente vinculadas al tráfico de estupefacientes, personas, robos con violencia y blanqueo de capitales, procediendo en gran parte dichas organizaciones de los diferentes países del Este de Europa, entre las que destacan por su carácter emergente, las de origen croata y kosovar.

Paralelamente a la constatación de dicho fenómeno, se ha detectado un aumento de la introducción en territorio nacional de armas de fuego, que si bien no van dirigidas o destinadas propiamente a su comercialización, si pasan al poder de estos grupos delictivos.

El abastecimiento de las armas de fuego procedentes del Este europeo, según las informaciones que se manejan, se suele realizar tras encargos basados en las necesidades concretas de las personas o grupos delictivos que requieran de las mismas.
Las armas procedentes del deficiente control efectivo practicado a los arsenales existentes a causa de los recientes conflictos armados padecidos en dicha región geográfica, que ha propiciado que buena parte de las mismas hayan quedado en poder de la población civil ajenas a todo tipo de control y que finalmente terminan por nutrir el mercado negro de las armas.
Empleados de las diferentes fábricas de armas existentes en la zona, que aprovechando las insuficientes medidas de seguridad y los contactos oportunos con estos intermediarios en el comercio ilícito de armas, consiguen desviar piezas de las armas para su posterior montaje y suministro a los grupos criminales.
Declaraciones falsas por parte de los fabricantes de armas, que permiten que las armas sean expedidas a falsos clientes y distribuidores, vendiéndose en ocasiones a compañías ficticias.
Con respecto a los procedimientos utilizados para introducción de las armas de fuego procedente del Este de Europa en nuestro país, hay que señalar que en la actualidad, le principal modo o medio de transporte, aunque no el único, constatado para introducir las armas en España, es a través de rutas terrestres. Un modo de hacer el transporte o traslado de las armas procedentes de la zona del Este de Europa, es en turismos conducidos por miembros de las propias organizaciones delictivas, tras adquirir en dichos países el cargamento ilegal. Para la realización de este tipo de desplazamientos, se ha detectado que suelen utilizar vehículos de alta cilindrada con placas dobladas con otros de idénticas características, utilizando a uno de ellos de lanzadera, aprovechando en ocasiones para transportar además sustancias estupefacientes. En determinados casos, se ha detectado incluso la existencia de empresas interpuestas dedicadas al alquiler de los vehículos utilizados para estas prácticas, con el fin de enmascarar las identidades de sus usuarios y dificultar la detección de las conductas ilícitas realizadas. Como el supuesto anterior, el tránsito fronterizo se puede realizar a través de los principales accesos terrestres o, quizás con mayor motivación en estas circunstancias, a través de las carreteras secundarias.

Las últimas actuaciones policiales permiten concluir que, delincuentes originarios de países del Este de Europa (zona de los Balcanes, exrepúblicas soviéticas) se dedican a hacer el transporte de todo tipo de armas que, bien por encargo o para distribuir directamente, trasladan ocultas en coches o furgonetas a España. Esta sería la principal fuente de abastecimiento de aquellos grupos delictivos en nuestro país, dedicados a la ejecución de atracos a joyerías, centros comerciales y viviendas. En estos casos, los medios de ocultación utilizados en los vehículos utilizados son sencillos, aprovechando los espacios disponibles de los mismos. Al respecto, señalar que se conocen casos de transportes de armas cortas ocultas en los depósitos de combustible de camiones que realizan rutas internacionales.

Las últimas informaciones que se vienen recogiendo, indican que el transporte marítimo se trata de un procedimiento de introducción de la mercancía cada vez más utilizado por las organizaciones dedicadas a esta actividad, revelándose como la alternativa al método de introducción vía terrestre, y en especial al sistema que emplea los autobuses de pasajeros, al ser conscientes de que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado han intensificado las aprehensiones de armas trasladadas por este sistema.

Durante los dos últimos dos años, la costa española se ha afianzado, como lo demuestran las informaciones de que se dispone por medio de actuaciones policiales o confidencias, como zona de intercambio de drogas por armas, procedentes las primeras del norte de África, y las armas del Este de Europa. De este modo, la costa española, adquiere un protagonismo, en función de lo expuesto, de constituir el escenario para la materialización de este tipo de intercambios, recurriéndose para ello a las zonas más comunes de desembarco de hachís.

Finalmente, y para complicar aún más las posibilidades que ofrece el transporte ilegal de armas de fuego por mar y su introducción en territorio nacional, hay que mencionar el amplio litoral español, que presenta innumerables lugares para su desembarco, tras ser trasladadas por embarcaciones rápidas desde cualquier otro punto costero del Mediterráneo, y de procedencia original en el Este de Europa
A su vez, estos enlaces recurren a sus contactos en dichos países donde existe producción (principalmente en la República Checa, Bulgaria, Rumania), adquiriendo allí las armas, de las que se pueden señalar tres procedencias principales:

martes, 10 de enero de 2012

"¿EXISTE UN PERFIL DE DELINCUENTE ORGANIZADO?"

Andrea Giménez-Salinas Framis,
Laura Requena Espada,
Luis De La Corte Ibáñez, 
 Universidad Autónoma de Madrid.

Exploración a partir de una muestra española” se desprende que el perfil sociodemográfico del delincuente relacionado con las actividades de delincuencia organizada tiene características diferenciales respecto al delincuente de mayor incidencia o común. Al respecto y siguiendo el citado estudio se significa:

1.-  Es un perfil de delincuente adulto teniendo en cuenta la media de edad del estudio (33 años), siendo 31 para mujeres y 34 para hombres. La edad media en otros estudios de este tipo (Van Kopper et al., 2010a) es ligeramente superior (38 años).

2.- En referencia al sexo, la presencia de la mujer es inferior al hombre como ocurre en la delincuencia en general, aunque presenta variaciones  importantes según las actividades delictivas que estemos analizando. En alguna de ellas, como el tráfico de inmigrantes, la trata de personas o el tráfico de drogas de síntesis, la proporción de mujeres es superior a la de otro tipo de actividades delictivas. Por otro lado y respecto al papel de la mujer en las actividades de criminalidad organizada no se reserva únicamente a papeles secundarios o de apoyo sino a papeles claves como: labores de encubrimiento, custodia de mercancías, servir de “pantalla” en la firma de documentos de alquiler de viviendas, compra de vehículos, adquisición de material, etc. También existe un pequeño porcentaje que ocupa un puesto de liderazgo ya que existen 5 organizaciones de las 65 analizadas cuya dirección tiene representación femenina.

3.- En referencia al estado civil del infractor, el 92% de los sujetos analizados tiene pareja estable y el 95% de ese grupo tiene hijos. Las teorías criminológicas explicativas de la delincuencia se concentran prioritariamente en la explicación de la delincuencia más prevalente que consiste en una delincuencia limitada a la adolescencia (Moffitt, 1993), que cesa posteriormente por factores favorecedores del desistimiento como el acceso a un trabajo legal o el matrimonio (Farrington, 2003, Sampson y Laub, 2005). Sin embargo, en el presente estudio –sobre el crimen organizado- nos encontramos con una delincuencia que se produce a pesar de la existencia de dichas circunstancias. Estamos ante un tipo de delincuencia propia de la edad adulta, con un perfil de delincuente opuesto al del delincuente común: sujetos casados o con pareja estable y padres de familia.

4.- Respecto a la nacionalidad, nuevamente los datos rompen tópicos a los  que nos tienen acostumbrados los medios de comunicación, los datos muestran que los españoles participan en mayor medida en este tipo de actividades delictivas, están presentes en la mayoría de las actividades ilícitas, ocupan puestos relevantes en las organizaciones en mayor proporción, son poseedores de contactos y recursos relevantes y facilitan en mayor proporción a los extranjeros sus empresas legales para facilitar la ejecución de la actividad ilegal.

5.- Cuando se analiza la disposición de trabajo legal por los españoles, nos damos cuenta de que casi un 60% mantiene un trabajo legal en paralelo a su actividad delictiva y un 40% no tiene trabajo legal. Por tanto, el trabajo parece que no es un factor de desistimiento de la carrera criminal (Sampson y Laub, 2005) ni el desempleo es un factor de riesgo para la delincuencia en la edad adulta temprana (Loeber et al., 2009), sino que el trabajo y la actividad ilegal son compatibles en  diversas condiciones. Como mínimo, del análisis cualitativo de los datos, encontramos tres formas de relación distintas que pueden existir entre la actividad de delincuencia organizada y el empleo legal:

5.1.- La primera cumpliría una función acumulativa. En estos casos, la actividad ilegal puede ofrecer un sobresueldo que se añada a la ganancia generada por la vía legal constituyendo una ventaja acumulativa para quien las desarrolla.

5.2.- En la segunda relación, la actividad legal ejercería una función protectora respecto a la actividad ilegal sirviendo de pantalla para evitar el control policial. Ej: poner a disposición de la organización tiendas de antigüedades para la venta de objetos de arte robados, estancos para facilitar la venta de tabaco de contrabando, talleres mecánicos que facilitan el doblaje de matrículas de vehículos, clubes de alterne para facilitar la prostitución de jóvenes, etc.

5.3.- La tercera relación sería (función) contractual, en virtud de la cual determinadas personas que ejercen una actividad legítima, prestarían servicios a una organización criminal a cambio de un precio. El ejemplo clásico y común de este tipo de servicios es el prestado por abogados o notarios para el desarrollo y gestión del dinero o ganancias procedentes de la actividad delictiva.

6.- En relación a la población extranjera, el porcentaje de sujetos con trabajo legal es mucho menor, pese a ello, entre el 20 y el 40% tienen un trabajo legal, lo que confirma la coexistencia de dicha ocupación con la actividad delictiva como una pauta ampliamente extendida.

7.- Finalmente, respecto de los antecedentes policiales de los sujetos, nos encontramos con más de un perfil no siempre relacionado con una larga carrera delictiva. La muestra se agrupa en tres tipos:

7.1.- Un grupo de delincuentes primarios, sin antecedentes, que pueden haber iniciado tardíamente su delincuencia a partir de oportunidades ocurridas en la edad adulta (trabajo, entorno, ocio, etc).

7.2.- Un grupo de delincuentes con un pasado en la delincuencia común que les ha permitido adquirir experiencia y encaminarse a la delincuencia organizada.

7.3.- Finalmente, aparece otro grupo que sí tiene antecedentes en la delincuencia organizada y, curiosamente, sus antecedentes son más numerosos que los sujetos que sólo tienen antecedentes en la delincuencia común.