jueves, 25 de febrero de 2016

¿QUÉ ENTEDEMOS POR INVESTIGACIÓN?


Origen
El hombre, único ser dotado de una inteligencia superior, ha tratado siempre de indagar el por qué de los hechos o fenómenos que ha ocurrido a su alrededor. Así, el hombre prehistórico comenzó con una investigación lenta, simple, pero muy importante para el desarrollo de la humanidad ya que sus primeros inventos constituyeron un paso grande y trascendental para lo posterior.
La curiosidad por conocer el mundo que le rodea ha permitido al hombre desarrollar su capacidad de descubrimiento, y es a lo que llamamos investigación.
Si bien ,la investigación se ha caracterizado siempre, especialmente hoy, por ser de carácter utilitario a veces estimulado por situaciones de crisis de trabajo, de pobreza, de crimen, de guerra, de movilidad social, etc.
Se trata de un instrumento sin el cual la humanidad ya no podría progresar. La investigación en sí no es buena ni es mala, solo depende del uso que el hombre haga de sus resultados. Hay que educar al hombre para que la investigación sirva siempre para su mejoramiento, para la búsqueda de la solución a los múltiples problemas que la humanidad padece.
¿Cuál es su procedimiento? Lo único que exige es lógica y paciencia para seguir todos sus pasos, y no tratar de hallar soluciones al problema planteado soslayando algunos pasos para lograr más rápido sus resultados.

Definición
Investigar  viene de dos voces latinas:
·      In = en
·      Vestigare = hallar, adquirir, seguir vestigios.
La Real Academia de la Lengua Española establece las siguientes definiciones:
·      Investigar es hacer diligencias para descubrir algo”.
·      “Investigación es un procedimiento reflexivo, sistemático, controlado y crítico que permite descubrir nuevos hechos o datos, relaciones o leyes, en cualquier campo del conocimiento”.
Según Kelinger (1973), la investigación es la aplicación de procedimientos ordenados y disciplinados que se usan para adquirir información confiable y útil.
Se puede decir también que investigación consiste en la búsqueda orientada a la obtención de conocimientos nuevos, es decir, el investigador intenta superar un estado de incertidumbre, mediante la búsqueda de todos aquellos medios que puedan aportar una información fiable que acabe con la duda.
Básicamente, la investigación trata de seguir un proceso sistemático y organizado, que a partir de la formulación de una hipótesis o del planteamiento de un objetivo de trabajo, se recogerán una serie de datos que podrán ser modificados o completados con nuevos conocimientos, si bien, después de haber sido analizados e interpretados por el investigador.
Desde otra perspectiva, la investigación puede interpretarse como un proceso que, a través del método científico, busca obtener información relevante, significativa, informativa, objetiva, vinculante, fidedigna e imparcial, para interpretar, entender y verificar, de la manera más óptima, el propio conocimiento.
El Problema
Para que haya investigación, debe existir un problema que motive al hombre a buscar la solución, con un planteamiento o hipótesis previa.
Por tanto, podríamos definir PROBLEMA, como el conjunto de hechos o circunstancias que dificultan el normal transcurso de un proceso, lo que puede crear una situación angustiosa para una o varias personas, motivando a la búsqueda de la solución adecuada correspondiente.
La Hipótesis
Proviene del vocablo griego “hipothesis” que significa suposición.
Es una aseveración o juicio que está basado en el razonamiento deductivo, por lo tanto, en la lógica, y que solo falta ser comprobado.
En investigación, la hipótesis es una respuesta dada a la pregunta de un problema, mediante la reflexión lógica, en base de los conocimientos que se posee sobre el tema. Se trata de un instrumento de suma importancia porque une el puente entre el problema y la identificación de las pruebas empíricas. Una hipótesis proporciona una guía y permite con más facilidad la exploración de los fenómenos que se pretenden estudiar.

Clasificación de la investigación
De acuerdo con los objetivos y alcances que las investigaciones pretendan alcanzar, éstas pueden clasificarse, al menos en tres tipos:
a)    Exploratoria: se refiere al proceso de conocimiento general del campo donde se delimita el fenómeno, objeto o cosa que es materia de investigación. Es necesario precisar que la mayoría de las investigaciones inician con la exploración.
b)    Descriptiva: estas investigaciones son de gran utilidad para analizar cómo se manifiesta un fenómeno, mediante la observación y determinación con precisión lo que se estudiará.
c)    Experimental: es el punto en el cual el investigador busca entender el fenómeno y la etiología del hecho.
Metodología de la investigación
En este sentido, los esquemas metodológicos que se emplean más habitualmente en la investigación son:
·      Inductivo: este método puede concebirse como un esquema de razonamiento que parte de fenómenos particulares y, a partir del análisis de éstos, llega a hipótesis generales que le permiten proyectar un juicio universal.
·      Deductivo: es un modelo científico que toma de referencia lo general para llegar a conclusiones particulares.
·      Analógico: centra sus esfuerzos en el análisis de semejanza de cualidades y características que identifican a fenómenos, hechos u objetos con otras, buscando la posibilidad de que las restantes probabilidades de uno y otro sean también semejantes.
·      Analítico: este método opera bajo un proceso en el que se plantea un problema y para estudiarlo se separa en sus partes con el propósito de analizarlo mejor e identificar las causas que lo originan.
Técnicas y pasos de la investigación
Las técnicas son los procedimientos e instrumentos que utilizamos para acceder al conocimiento. Por ejemplo, la observación, las entrevistas, las encuestas y todo lo que se deriva de ellas.
Los pasos de la investigación han de ser los siguientes:
1-    Tema
2-    Delimitación del tema
3-    Formulación del problema
4-    Reducción del problema a nivel empírico
5-    Recabar datos
6-    Analizar los datos recabados
7-    Informe final
Conclusión
En términos generales, la investigación puede ser entendida como un proceso lógico o actividad metodológica encaminada al descubrimiento de nuevos conocimientos o a la develación de la verdad, siguiendo una serie de parámetros y técnicas.


miércoles, 24 de febrero de 2016

HISTORIA DE LA BALÍSTICA FORENSE

Es en el año 1753, de la mano del Dr. BOUCHER, quien realiza numerosos estudios de balística, para más tarde dar pie a otra de las disciplinas pioneras de la Criminalística, tratándose de la Balística Forense.
El nacimiento de la balística forense, data en los comienzos del siglo XIX,  con el descubrimiento del autor de un crimen cometido con un arma de fuego.
Fue en el año 1835, en la ciudad de Londres, donde no existía cuerpo de policía como tal, simplemente había un pequeño grupo de “ayudantes” reclutados por el juez de paz de Wesminster, llamado Henry Fielding. Estos ayudantes eran conocidos como los “Bow Street Runners”, los cuales, en sus claras intenciones por esclarecer los crímenes que se les planteaban, utilizaban métodos y formas poco ortodoxas,  además de un sin fin de ilegalidades. 

Fotografía de los “Bow Street Runners”
Entre estos investigadores se hallaba Henry Goddard, un curioso investigador al que le dio por indagar sobre el proyectil extraído del cuerpo de la víctima de un asesinato, percatándose así del abultamiento que presentaba el mismo. Por entonces, las armas de fuego eran de avancarga, siendo común que sus usuarios fabricasen sus propios proyectiles con plomo fundido, ayudados de un molde. Las pesquisas de Goddard no irían mal encaminadas al pensar que encontrando el molde con el que se había fabricado el proyectil encontraría a su vez al asesino. Para su investigación, Goddard comienza a registrar las casas de los sospechosos y a tomar las molduras que tenían para fabricar los proyectiles, observando en una de las molduras de una casa registrada, que la misma presentaba una pequeña hendidura. Goddard fabrica un nuevo proyectil (indubitado) con este molde a fin de ser cotejado con el proyectil (dubitado) extraído anteriormente del cuerpo de la víctima, comprobando que ambos proyectiles presentaban idéntico abultamiento Finalmente consigue que el asesino, el propietario de dicho molde, confesara su crimen, estableciendo un nuevo método de investigación criminal.
Otro caso resuelto nos lleva hasta Alemania, donde el Dr. Paul Jeserich, un reputado médico forense,  durante 1898, acude como experto en la materia, al tribunal de la ciudad de Neuruppin, con el fin de asesorar acerca de un caso de asesinato. Jeserich defendía la teoría que consistía en que el recorrido que realiza un proyectil en la ánima del cañón de un arma, al rozar el proyectil con las estrías del cañón con gran presión, ocasionaba  una serie de marcas, si bien, todos los proyectiles disparados por una misma arma presentarían, al ser disparado, idénticas señales.
Durante el juicio, le mostraron un proyectil que se había extraído del cuerpo de la víctima, y el revolver que pertenecía al acusado. Para ello, Jeserich realizó un disparo de prueba, donde obtendría un proyectil como muestra que serviría para cotejarlo con el proyectil extraído del cuerpo de la víctima, mediante la realización de fotografías y ampliando las mismas para ser apreciado con mayor claridad, comprobando que efectivamente ambos proyectiles presentaban idénticas señales ocasionadas por las estrías del cañón del revólver utilizado en el crimen.
Durante el siglo XX, surgirían nuevos investigadores que crearon nuevos métodos, entre los que cabe destacar a Richard Kochel, director del instituto forense de Leipzig. Kochel fue pionero en estudiar el cuerpo de un proyectil mediante pruebas, realizando negativos del mismo en láminas de cera y óxido de cinc.
Por otro lado, nos encontramos con el Profesor Balthazard, quien, al fijarse en los culotes de las vainas, se da cuenta que las agujas percutoras, al realizar el disparo, ocasionan señales evidentes sobre los mismos. De ahí, el profesor comenzaría a indagar sobre las partes del arma que incide y contacta con la vaina, y que le ocasionarían otro tipo de marcas. Entre estas partes del arma, se encuentra la recámara que produce señales en el culote de la vaina, así como la uña extractora y el expulsor. Esta serie de marcas servirían para identificar el tipo de arma con la que había sido disparada la vaina. Pero estas investigaciones mermaron con el comienzo de la I Guerra Mundial.
Waite, Charles E. (1865-1926), está reconocido como uno de los pioneros más importantes de la balística forense. Waite era funcionario del Ministerio Público del estado de Nueva York, en el que fue nombrado ayudante del Presidente de la Comisión de Investigación por el Gobernador. Impulsado por la revisión de una sentencia dictada por un tribunal del condado de Orleans, en la que se promete que intentaría seguir un método fiable que permitiese identificar un arma mediante el examen de un cartucho, Waite empezó a visitar las fábricas de armas más importantes de los Estados Unidos y de Europa.
A finales del año 1923, después de tantos viajes, que provocó visitar las principales fábricas de armas, e intenso trabajo, Waite pudo comprobar que no existía ni un solo modelo que fuese exactamente igual a otro, que lo se diferenciaba en los calibres, en el número y orientación de las estrías, levógiro (orientada a la izquierda) o dextrógiro (orientada a la derecha), marcando diferencia en sus ángulos de torsión. Asimismo, realizó un catálogo técnico que registraría todas las armas existentes en aquella época.
Ahora sólo faltaría distinguir armas del mismo tipo, marca y modelo. Waite encuentra la solución, al comprobar que el proyectil al pasar por el ánima del cañón ocasionan dos tipos de señales, las primeras causadas por las estrías del anima, que en el proyectil se convertirían en campos, y las segundas causadas por los campos del ánima del cañón, que darían como resultado las estrías en el proyectil. Con estas averiguaciones, llegó a la conclusión, que el proyectil, después de recorrer el ánima del cañón, se convierte en el negativo de éste.
Pero todo no acaba ahí, Waite pensaba ir más allá, pidió que le fabricaran un microscopio dotado de un soporte de fijación para el proyectil, que incluyese una escala de medición para medir las marcas y señales que tuviesen los mismos. Nace, asimismo, el primer instituto de balística forense en el mundo, llamado Bareau of Forensic Ballistics”, con sede en Nueva York, si bien, con la ayuda del físico John H. Fisher y del químico y especialista en microfotografía Philipp O. Gravelle.
Las aportaciones del físico Fisher destacaron por su importancia para la investigación en la balística forense, pues hizo dos grandes invenciones:
a)    La primera consistía  en un aparato que servía para ver con todo detalle el interior del cañón de un arma de fuego, así nacía el Helixómetro.
b)    Y el segundo consistía en un nuevo microscopio calibrador con una mayor precisión que permitía medir los campos intermedios, las estrías, y la orientación de las mismas.
Sin embargo, uno de los inventos más evolutivos de la balística forense llega de la mano del químico Gravelle, en el año 1925, a quien se le ocurre unir dos microscopios mediante un dispositivo óptico por el cual se podían observar dos proyectiles juntos en una sola imagen y lograr que ambos giraran para que se pudieran comparar viendo las coincidencias y diferencias que hubiera entre los mismos.
Al equipo de Waite se unió el doctor Calvin Goddard que, siguiendo el camino iniciado por el profesor Balthazard, comenzó a observar el culote de las vainas disparadas, encontrando que las señales producidas por las máquinas empleadas en la fabricación de la aguja percutora del arma que había realizado el disparo, coincidían con las señales que aparecían en el culote de la vaina empleada.
El doctor Calvin Goddard era eminencia en el campo de la balística forense, colaboró en importantes avances, entre las que cabe destacar la base de datos de balística más completa de su tiempo, así como la fundación del primer laboratorio independiente de criminalística forense en los Estados Unidos.
Las investigaciones fueron evolucionando estableciendo como principio básico de la balística forense que todo instrumento mecánico o físico al incidir con presión sobre una superficie, la más dura deja sobre la más blanda su huella propia, lo que permite su identificación. De esta forma, el desarrollo de nuevas técnicas y de avances tecnológicos se ha ido centrando en el estudio de las marcas de herramientas, únicas e irreproducibles, que compone un arma de fuego.


martes, 23 de febrero de 2016

¿CARRERA DELICTIVA?


  El concepto de carrera delictiva está siendo muy utilizado en la literatura criminológica, siendo señalado por muchos autores como relevante para el estudio del comportamiento criminal.

  Con el estudio de la carreras delictivas se intenta estructurar y organizar el conocimiento en torno a ciertos aspectos básicos del delincuente, con el objeto de ser observados y evaluados de forma más precisa.

  Con este término, de carrera delictiva, se hace alusión a la secuencia de delitos cometidos por una persona durante un periodo de tiempo, es decir, por un comienzo de la actividad delictiva, el final de la misma y la duración entre ambos puntos. Durante su transcurso, el investigador se interesa por estudiar y observar varios factores, como la tasa de delitos, el patrón de delitos cometidos, y otras tendencias identificables (Garrido, Stangeland y Redondo, 2011).

  Para este estudio que mencionábamos de la carrera delictiva, se establecen como cuestiones de interés las siguientes (Serrano, 2005):
  • Estudio del número de personas que cometen delitos en un momento concreto.
  • Estudio del número de delitos que comete un delincuente activo en un periodo concreto de tiempo.
  • Estudio de las características de esos tipos delictivos.
  • Estudio de la gravedad de la conducta delictiva.
  • Estudio del desarrollo temporal de la conducta delictiva (continuidad o decaída de la actividad delincuencial).
  Los datos arrojados por las investigaciones sobre las carreras criminales han puesto de manifiesto que un escaso número de delincuentes es responsable de un porcentaje desproporcionado de delitos que se cometen en una comunidad. En este caso, la política criminal a seguir es muy clara, si fuera posible identificar a dichos individuos a una edad temprana e impedir que emprendieran tal carrera delictiva, disminuiría en gran medida las estadísticas delictivas en la comunidad.
Pero como dice el profesor Serrano, dicha línea de política criminal, hasta el momento, no ha dado señales de éxito, ni tampoco es previsible que lo haga, ya que no es posible predecir con una mínima seguridad quiénes van a ser delincuentes de carrera y quiénes no.

  Por otro lado, esta la función preventiva, es decir, a la hora de prevenir la delincuencia (en un sentido primario, antes de que aparezca la conducta delictiva), hemos de ser capaces de identificar a aquellos niños que están en un mayor riesgo de ser delincuentes.  Así pues, como señalan Garrido y colb (2001), una prevención eficaz tiene dos requisitos fundamentales: primero, debe ser capaz de disminuir las condiciones que llevan a la comisión de delitos, segundo, debe posibilitar de forma rentable la identificación de aquellas personas que más precisan de estos esfuerzos.