martes, 23 de febrero de 2016

¿CARRERA DELICTIVA?


  El concepto de carrera delictiva está siendo muy utilizado en la literatura criminológica, siendo señalado por muchos autores como relevante para el estudio del comportamiento criminal.

  Con el estudio de la carreras delictivas se intenta estructurar y organizar el conocimiento en torno a ciertos aspectos básicos del delincuente, con el objeto de ser observados y evaluados de forma más precisa.

  Con este término, de carrera delictiva, se hace alusión a la secuencia de delitos cometidos por una persona durante un periodo de tiempo, es decir, por un comienzo de la actividad delictiva, el final de la misma y la duración entre ambos puntos. Durante su transcurso, el investigador se interesa por estudiar y observar varios factores, como la tasa de delitos, el patrón de delitos cometidos, y otras tendencias identificables (Garrido, Stangeland y Redondo, 2011).

  Para este estudio que mencionábamos de la carrera delictiva, se establecen como cuestiones de interés las siguientes (Serrano, 2005):
  • Estudio del número de personas que cometen delitos en un momento concreto.
  • Estudio del número de delitos que comete un delincuente activo en un periodo concreto de tiempo.
  • Estudio de las características de esos tipos delictivos.
  • Estudio de la gravedad de la conducta delictiva.
  • Estudio del desarrollo temporal de la conducta delictiva (continuidad o decaída de la actividad delincuencial).
  Los datos arrojados por las investigaciones sobre las carreras criminales han puesto de manifiesto que un escaso número de delincuentes es responsable de un porcentaje desproporcionado de delitos que se cometen en una comunidad. En este caso, la política criminal a seguir es muy clara, si fuera posible identificar a dichos individuos a una edad temprana e impedir que emprendieran tal carrera delictiva, disminuiría en gran medida las estadísticas delictivas en la comunidad.
Pero como dice el profesor Serrano, dicha línea de política criminal, hasta el momento, no ha dado señales de éxito, ni tampoco es previsible que lo haga, ya que no es posible predecir con una mínima seguridad quiénes van a ser delincuentes de carrera y quiénes no.

  Por otro lado, esta la función preventiva, es decir, a la hora de prevenir la delincuencia (en un sentido primario, antes de que aparezca la conducta delictiva), hemos de ser capaces de identificar a aquellos niños que están en un mayor riesgo de ser delincuentes.  Así pues, como señalan Garrido y colb (2001), una prevención eficaz tiene dos requisitos fundamentales: primero, debe ser capaz de disminuir las condiciones que llevan a la comisión de delitos, segundo, debe posibilitar de forma rentable la identificación de aquellas personas que más precisan de estos esfuerzos.

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