
Se ha comprobado que, mientras se tienen accionados los inhibidores se anula la señal emitida por el mando a distancia de vehículos y garajes, impidiendo el bloqueo de sus puertas.
Con ello se facilita la comisión del hecho delictivo y en el caso que los autores fueran detenidos y no se pudiera probar el uso de estos dispositivos, serían acusados y juzgados como autores de un hurto, y no de robo.
Por tanto, resulta interesante, una vez se cierre el vehículo con el mando a distancia del mismo, cerciorarse que efectivamente éste ha sido cerrado y que el mando funciona perfectamente. De esta forma, podemos evitar caer en la trampa de quienes llevan a cabo este tipo de ilícito penal.
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